es como cuando tú quieres decir algo fuerte, pero no quieres soltar una mala palabra.
Tú sabes, como pa’ no ofender a nadie, pero todavía estás sorprendido o frustrado. Por ejemplo, si te pasa algo inesperado o te dan una noticia que no te cuadra, tú dices “¡Conchole, manín!”. Es como un “coño” suavecito, más light, que la gente usa pa’ no sonar tan pesado.